Aquí os dejo mi microrrelato nº... ya no llevo la cuenta.
Todos los días ocurre lo mismo, se levanta conmigo, come en la misma mesa y de mi mismo plato, me acompaña hasta el colegio, viene conmigo al recreo, juega con mis amigos, anda y corre a la misma velocidad que yo y sin embargo aún no conozco el timbre de su voz, no sé nada sobre ella. Solo sé que somos inseparables gracias al Sol.
¿Sabéis de quién estoy hablando?
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