Aquí os dejo una nueva historia...
Era el mes de noviembre, al vagabundo le entró una soberbia bestial porque no podía hervir el chocolate para poderse llevar algo calentito a la boca.
-¿Quién pudo haberle quitado su bombona de gas?-
Pese a este inconveniente se tomó el chocolate frío, se le pasó el hambre y se acurrucó con su harapo de vellón para entrar en calor.
Bien Adri. Buen texto.
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